domingo, 30 de mayo de 2010

Cuando hay presencia hay conciencia







Y esta es la luz que disipa la oscuridad aparente. La luz penetra la oscuridad y disipa esas ilusiones que parecen interrumpir la unidad. La conciencia no divide ni suprime ni, por tanto, da energía a lo irreal. Simplemente ve "lo que es" y trae la luz que permite que aquello que es ilusorio se evapore.

Tony Parsons

domingo, 23 de mayo de 2010

La vida es totalmente extraordinaria


Interlocutor: No es que los demás sean normales y corrientes, es que, simplemente, la vida da la sensación de seguir siendo como siempre…

Jeff Foster: Sí, todo ha cambiado y, sin embargo, no ha cambiado nada. A primera vista, la vida sigue siendo normal y corriente, llega a sorprender de lo corriente que es. Entonces, uno se da cuenta de que todas esas concepciones que se tienen del despertar y de la iluminación no son más que ideas. ¡De hecho, el despertar es de lo más vulgar! Es justo en el núcleo de esa “vulgaridad” donde se encuentra ese alucinante espacio abierto que permite a la vida desarrollarse tal y como le corresponde.
Ahora bien, el secreto consiste en que no se trata de una vida corriente: la vida es totalmente extraordinaria, pero eso sólo se puede ver cuando se acaba la búsqueda de lo extraordinario. Toda esa paradoja entre lo corriente y lo extraordinario se resuelve cuando se ve con claridad.


Jeff Foster

lunes, 10 de mayo de 2010

Clarity, Nathan Gill 4ª parte y final



LA VIDA ESPIRITUAL

La vida espiritual no tiene una gran relevancia en la conciencia, es simplemente una parte del juego de la vida. Pero debido a lo que aparece en el juego, como la evolución individual a través del pensamiento "superior" o de las etapas mejores de la vida, se confunde con el prerrequisito de la conciencia.
El personaje normal, ocupado en las tareas cotidianas de la vida humana, a lo mejor aparece interesado en la religión o en el trabajo personal para avanzar. Podría ahí haber un movimiento hacia la búsqueda de la iluminación y puede que un interés por la no-dualidad, pero para la aparición de la conciencia, esta progresión no es necesaria. Esta podría aparecer en cualquier momento a cualquier personaje del teatro. Ninguno de los aparentes capítulos del juego de la vida tiene la capacidad de producir el conocimiento. El conocimiento Advaita no tiene una habilidad especial para crear una condición para que aparezca la conciencia más que cualquier otra parte del juego de la vida.
La vida espiritual está basada en la presunción de la individualidad, con la unión, con el todo como meta, y como tienen que llegar a conseguir esa meta de dicha unión, hay una serie de técnicas exóticas y métodos previstos por el gran juego para purificar al individuo, para tener en cuenta el "yo" para conseguir la iluminación, etc...
El gusto fundamental que se echa de menos en cada etapa de la búsqueda individual es que el individuo, siendo representado por ti mismo, que eres conciencia, es ya lo que él o ella busca. Nada puede ser el buscador o la buscadora que no sea ya.
La búsqueda y todas las técnicas y métodos empleados no son nada más que otra parte del juego, todo ello es sólo para eso.
La conciencia no requiere de unas cualidades especiales. La conciencia es la forma de una persona sentada en la postura de loto, visualizando una luz púrpura en sus genitales, respirando el universo a través del plexo solar, cantando OM y ascendiendo la espina dorsal por los miles de pétalos de loto; no tiene una más oportunidad de ramificarse que la conciencia en la forma de un drogadicto en el gueto. La conciencia ya está perfectamente presente en todas las cosas, por lo tanto, la re-unión no es ni necesaria ni posible.
La vida espiritual impone muchas condiciones en los "impuros" e "individuos separados"; meditaciones especiales, tener una buena conducta, ceremonias, dietas, una conducta sexual apropiada, la destrucción del ego, la cesación de los pensamientos, el logro de la quietud, entregarse a un gurú, etc...
La conciencia, siendo ya conciencia en cualquiera de las formas en las que aparece, no necesita una dieta vegetariana, celibato, sexo tántrico, meditación o gurús. La conciencia ya es todas estas cosas. Si hay gusto por practicar sexo tántrico, entonces está bien. Pero esto no ayuda a reconocer "eso" que tú ya eres.
La atención del personaje podría irse a sitios exóticos o reinos diferentes, ver las continuas destrucciones y creaciones del universo a nivel atómico y experimentar la estática y cósmica unión de Shiva y Shakti. Pero cuando vuelves no olvides irte a trabajar el lunes, ¡paga la cuenta de la luz y limpia el baño!
Tú, conciencia, también apareces en el juego y en el rol de profesor, maestro y guru. En algunos casos puede todavía estar produciéndose alguna experiencia trascendental, en la cuál el individuo cree ser su iluminación. Si el individuo está todavía siguiendo a algún guru o alguna lección antes de la experiencia, será que las creencias y los métodos que parecían dirigirse hacia la experiencia pasarán a los seguidores individuales como "la verdad".
Como parte del juego, algunos de estos "maestros" pueden tener la cualidad de inducir experiencias inútiles en el discípulo vía transmisión energética, muchas veces una fuerte atracción por el discípulo.
No hay nada malo en todo esto, todo esto es la perfección del juego, cógelo, diviértete, nada de esto conduce a la conciencia.

YO SOY ESTO, PERO...

Soy eso, pero... necesito tener responsabilidades, sanar mi vida, profundizar más, estar más despierto, estar aquí ahora, tener calma interior, salvar el planeta, expresar mis emociones, pensar positivamente, ser un testigo, ser dichoso, encontrar a un gurú, ser útil, encontrar sentido a la vida, calmar mis pensamientos, trabajar bien, estar alerta de mi ego, entrar en la madurez, ser más práctico, conseguir la iluminación, encontrar mi compañero del alma, organizar una ceremonia, ser iniciado, estar en contacto con mis sentimientos...
quizá lo hagas, ¿cómo podría reprochártelo? mientras que tú estás ocupado con todo eso, yo me iré, me tomaré una taza de té y leeré el periódico.

LO QUE YA ES

La perfección es ahora, la presencia no viene del pasado, y no va hacia el futuro. Todo parece ya como un juego en el despertar.
El aparentemente individuo separado puede involucrarse con su propio perfeccionamiento, vida espiritual o cualquier otra cosa durante la expansión de la vida. Pero sólo la conciencia de lo que realmente eres mina la búsqueda del despertar o de ser cualquier otra cosa menos lo que ya eres.

LO OBVIO

El juego de la vida no es una creación separada vista y presidida desde arriba por ti mismo. Tú, conciencia, apareces como el juego ya bien despierto, incapaz por lo tanto de despertar. Siempre estás seguro de lo que eres, incapaz de despertar. Siempre estás seguro de tí mismo, nunca te ocultas.
Los personajes en el juego no tienen una existencia separada, sólo una vida aparente. Estos son tú celebrándote a tí mismo, inmerso en el gran juego de la vida, reconociéndote a veces en ellos y como la aparición de tu juego.
La comunicación acerca de la conciencia no tiene una especial relevancia sobre cualquier otra parte del juego. No tiene ni mérito ni importancia. No tienes ninguna meta que lograr.
Con la conciencia todo esto se hace obvio; tu apariencia como juego en todas sus formas miríadas, el reconocimiento de la no necesidad de todo eso.
Ahora eres conciencia, apareciendo en el juego como un personaje. Puede que pienses que necesitas confirmarlo. Olvídalo, relájate. Lo eres.
Con mucho amor de tí para tí mismo.


EPILOGO

Lo que se ha visto hasta ahora no es más que una cosa; es la búsqueda. La última meta o precio parece ser lo que ya es. No hay nada ni nadie a quien buscar. Hay un despertar sin que nadie despierte. Todo en ti ha sido el blanco de tu propia broma. La magnificiencia de todas las apariciones, en cada sitio que mires y que busques ves simplemente tu propio juego o sueño de ser. No hay nada y nadie, y todavía sigue habiendo despertar allí por donde aparece cada cosa, incluyendo la aparición como un hombre o una mujer. Estás y siempre has estado completamente despierto, consciente y presente, pero simplemente fascinado por tu propio juego cósmico.
El personaje, Nathan, vio la iluminación como un escape de lo que parecían problemas, pruebas y el aburrimiento de la vida cotidiana. La vida cotidiana continúa pero no lo hará más por la distorsión de la presencia. La búsqueda de lo extraordinario ha terminado. La vida es como es.

Clarity, Nathan Gill 3ª parte


CONCIENCIA

Tú eres conciencia, eres único, todo lo que es, la raíz de toda aparición. Todas las apariciones empiezan y acaban en la conciencia, nada más ocurre de nuevo. La gente pasa, las nubes van, las conversaciones ocurren, los pensamientos aparecen y desaparecen, todo el presente se desarrolla en la conciencia.
Esta aparición del sujeto es ya la perfecta expresión de la unidad, nada tiene que cambiar para que esto sea como es. La iluminación y el despertar no son necesarios, todo está simplemente en el guión del teatro. Sólo existe la conciencia y la unidad, sin darte cuenta de la fascinación con el juego de las imágenes, has descansado en el reconocimiento de tu verdadera naturaleza.
La apariencia actual, sin embargo ordinaria o extraordinaria, es el contenido de la conciencia. El "permiso" de la vida tal como es, más que el esfuerzo por estar atento del "yo" o de iluminarse, permite la búsqueda de la naturaleza. En el juego de la vida, todos los esfuerzos por estar alerta del "yo" y de iluminarse dan paso a la búsqueda. En el juego, todos los esfuerzos de estar alerta del "yo" apenas refuerzan la identificación con él. Descansar en la vida tal como es proporciona al final una vida ordinaria corporal con algunas buenas trazas de iluminación. El pensamiento continúa apareciendo, la vida va, pero no conlleva más la complicación de la búsqueda de la unión. La vida es vista como una expresión del todo más que una búsqueda de esta.
La conciencia y el contenido son uno, conciencia. Tu eres conciencia, despierto y consciente y una aparición como un todo en el presente.

EL JUEGO DE LA VIDA

Visto en conciencia, la vida aparece como un gran juego. Tú, conciencia, interpretas todos los personajes y esa parte del juego que tú usualmente interpretas sin saber tu identidad real. Pero a veces como parte del espectáculo, se reconoce tu verdadera identidad.
Cuando el personaje participa en el juego sin reconocer su verdadera naturaleza, cuando se coge en serio el papel y todo el argumento del "teatro" rebrota, y si un papel se interpreta habiendo conciencia de la propia naturaleza del ser, el "teatro" o juego se ve como es en realidad.
Cuando la verdadera naturaleza es obvia, el personaje no desaparece en un flash de una luz ni se pone la toga ocre y coge disápolas, ni enseña verdades espirituales, aunque algo de esto es posible, dependiendo de la pauta del personaje en el teatro.
El personaje supuestamente aparece antes del reconocimiento del ser y es probable que continúe llevando lo que es una vida sencilla en el teatro. No es incluso necesario que éste le diga o comunique a alguien lo que es ya obvio.
Es tu entretenimiento cósmico. Tú eres tu teatro. No tienes una existencia separada de ti mismo.

LA VIDA TAL COMO ES

Cuando toda la historia conceptual de toda una vida extendida en un pensamiento bajo el contenido presente de conciencia no se disfruta en serio, hay una relajación natural en la identificación con el "yo", la sensación del sentido personal es una aparición de la conciencia además de una aparición del cuerpo físico.
La identificación con el "yo" o con el propio sentido del "yo" no es más que una aparición del conocimiento, en añadidura a la aparición de la imagen corporal.
El admitir que la vida es tal como es, más que cualquier esfuerzo por estar atento al pensamiento del "yo" o de volverse un iluminado, permite profundizar más en el todo con naturalidad.
En el juego, todos los esfuerzos por estar al tanto del pensamiento del "yo" refuerzan la identificación de uno con ese "yo".
Descansando en la vida tal como es uno no trae una vida ordinaria corporal a un fin con algunas tracas mágicas de fuegos artificiales de iluminación. El pensamiento continúa apareciendo, trae la vida, ya no tiene la necesidad de la búsqueda de ello.
En conciencia, cualquiera que sea tu presencia física ya es perfecta, incluyendo cualquier juego de identificación con el "yo", y también cualquier búsqueda de la conciencia del "yo". La vida como personaje es simplemente el juego de apariciones en conciencia y no necesita despertarse. Sólo hay un despertar.

Nathan Gill, Clarity

domingo, 9 de mayo de 2010

Clarity, Nathan Gill 2ª parte


LA HISTORIA

Nací en 1960 en el suroeste de Inglaterra en una familia de clase trabajadora. Como crío era apasionado y curioso, pasaba horas leyendo libros de misterio y de aventuras, hobbies los cuáles me tenían absorto en la búsqueda de artefactos antiguos y largas caminatas por el campo cada vez que tenía oportunidad.
La búsqueda comenzó a una edad temprana, cuando crecí, mi agitada vida dio lugar a dificultades para elegir una profesión y en enfocarla a un área concreta. Dejé la escuela tan pronto como pude, decidí prepararme para chef y finalmente terminé trabajando en la construcción. Disfrutaba mucho con esto, absorbía mis agitadas energías y no requería por mi parte de ninguna responsabilidad.
Me puse a trabajar, ello me liberaba para poder dedicarme al placer de lo que tenía en mente. Tuve un gran interés por los misterios del cuerpo y del universo, experimentando con varias dietas y tratamientos herbales, mirando las estrellas, comiendo setas alucinógenas y machacando el cuerpo hasta el límite en el gimnasio.
A los dos años tuve que parar. Una lesión en el hombro me obligó a dejarlo.
Mi mujer dio a luz a nuestra primera hija a los veintidós años y cambié el trabajo de la construcción por la horticultura; durante muchos años recogía fruta en los terrenos de Kent de primavera a otoño y en otras épocas del año cuidaba del jardín.
Durante mucho tiempo empecé a pensar en temas espirituales y esotéricos. Allá por 1985 me afilié a una hermandad fraternal los cuales me enviaban clases mensuales sobre la "ley universal" y el misticismo. Disfrutaba cada semana haciendo experimentos y leyendo monográficos.
A los dos años me interesé en la enseñanza de un difunto maestro indio. Se ofrecía en lecciones mensuales y llevaba incorporada una relación guru-discípulo ¡incluso estando muerto! le dediqué mucho tiempo y acabé absorto en la búsqueda de la iluminación; esta fue mi nueva obsesión.
Después de un par de años y de muchas técnicas espirituales, me harté y me volqué en un libro de un guru del oeste. Este libro decía que ya estaba "despierto" y que no necesitaba encontrar la liberación. La verdad de lo que decía el libro parecía obvio. Sin embargo, él, el guru. en los siguientes años y en los siguientes libros, se proclamó a sí mismo el maestro del mundo y ofrecía una relación de guru-discípulo a todos aquellos que estuvieran interesados.
Bien, esta vez no seguí nada de todo esto, aunque durante algo más de los siguientes cinco años leí unos cuantos libros más suyos, y también otros tantos libros espirituales a los que pudiera poner las manos encima. Nada me sorprendía la manera en que el libro del guru del oeste había hecho mella en mí. Una parte de mi sabía que era verdad de que yo ya estaba despierto y era libre, pero todavía estaba confundido porque parecía ser justo una persona normal con todo tipo de problemas que tiene la gente común. De todos modos, me empapé de las enseñanzas de este tío y de los temas más tradicionales, y después culminé el tema Advaita, leí todo de y sobre los grandes maestros del Advaita.
Mucha de la confusión que había sentido antes se disolvió, entendí que todo lo que hay es conciencia. Por lo tanto, ¿por qué sentía que era un "yo" separado? Si ya era libre y estaba "despierto", ¿por qué mi vida parecía un montón de mierda?
En el año 1997 leí el primer libro de Tony Parson. "El secreto abierto". Le contacté y me invitó a acompañarle a un coloquio en una casa de Londres. Pronto me quedaría claro el místico en el que me había convertido. Tony se presentó como un hombre sencillo y habló con humor y paciencia. Escuché lo que dijo en respuesta a las preguntas de la gente y quedé enamorado de la simplicidad de sus respuestas, fui a más coloquios durante el siguiente año y hablaba con Tony por teléfono cada vez que podía.
Quise convertir a Tony en mi maestro, pero me explicó que no tenía nada que enseñar y simplemente señaló que sólo existía la conciencia; lo que ya soy, aunque ya lo había entendido hasta cierto punto, ahora realmente empecé a hundirme realmente.
Tony señaló que no era necesario que hubiera ningún tipo de acontecimiento asociado al reconocimiento de nuestra verdadera naturaleza. Bien, mientras esto ocurría, en Septiembre del año 1998 algo sucedió. Estaba cuidando del jardín, estaba lloviznando, alcé la vista y tuve una sutil sensación de "mi" como si no estuviera allí. Me monté en la bicicleta y pedaleé por los terrenos, parecía como si estuvieran proyectando una película sin que tuviera que esforzarme por formar parte de ella. Con este repentino "atisbo" del yo, toda la necesidad de entender disminuyó según se revelaba el conocimiento.
Incluso aunque Tony señaló que un acontecimiento no está necesariamente asociado con el reconocimiento de nuestra naturaleza como conciencia, yo obviamente había estado esperándolo, porque ahora que estaba ocurriendo, parecía como si se me diera "permiso" para "despertar". Sin darme cuenta había estado esperando una confirmación de mi verdadera naturaleza. Llamé a Tony y excitado le expliqué lo que me pasaba, y con esto el habla salió de "mi" más que del punto de vista del "yo". Tony reconoció que yo no estaba ya más relacionado con "él" como un personaje separado tratando de conseguir algo, por ejemplo desde el punto de vista del parecer y del entrenamiento.
Pasaba el tiempo y la fascinación por el "yo" empezó poco a poco a volver y a reclamar mi presencia en ello, el cuál era precisamente la ausencia del "yo" como "mi" iluminación, "mi" despertar. Había un punto en la sensación de una repentina liberación, una dicha que crecía en ausencia del "yo" siendo la iluminación que había estado esperando.
Me desperté al día siguiente, ¿estaba la iluminación todavía ahí? ¡Sí! Pero pasados unos días, noté que la sensación de liberación disminuía poco a poco, pero un par de días después volvía a llenarse otra vez. Pasados un par de semanas con ello yendo y viniendo y con el "yo" reapareciendo y tratando de mantenerse en su propia ausencia, fui a uno de los coloquios de Tony y estando allí parece que volvía a llenarme de dicha. Pero entonces, unos días después, otra vez desaparecía, y volvía otra vez a aparecer esa fascinación por el "yo". No le dije nada de eso a Tony y estuve un tiempo sin ir a las reuniones. Me sentía confundido.
Entonces leí el libro de una mujer que describía una ausencia del "yo" el cuál duraba muchos años. Después de un tiempo, algunos maestros le dijeron que era iluminación. Entonces ella enfermó y murió, y después de su libro, escrito por un amigo de ella, leí que en el momento cercano a su fin ella estuvo confusa y frustrada porque la experiencia había desaparecido y el "yo" había vuelto a ella.
De repente quedó claro que estas experiencias donde el "yo" desaparecía repentinamente pueden ser muy confusos, tanto como lo que se sabe de la conciencia. Así como una experiencia puede durar unos pocos segundos o diez años o más; pero si no es que el "yo" se vea como lo que es, como un simple pensamiento, entonces cuando vuelve este "yo", hay una sensación de pérdida, un sentimiento de reclusión, confinamiento por ser el personaje identificado, el deseo crece más que la iluminación, y ahí está la sensación de volver a la agitación y a la tensión del juego de la espera.
Ahora eso era visto como un gran juego de la vida. Sólo hay conocimiento, pero este, según parece, está cubierto por la fascinación por el pensamiento del "yo" y por todos los otros pensamientos que aparecen como "mi" historia. Nuestra verdadera naturaleza como seres conscientes son la conciencia y las apariciones. El "yo" es simplemente una parte del escenario y como aparecen los otros tipos de imágenes, y cuando es visto con profundidad, o cuando también es visto para qué es, entonces la espera y la tensión desparecen por sí mismas.
También estaba claro que la visión del "yo" no es necesariamente un suceso repentino, pero que puede aparecer gradualmente, como una parte del juego de la vida. Y más que en una ráfaga de dicha, la natural calma del ser se revela sutil y gradualmente.
La confusión apareció. No necesité más de ninguna experiencia ni de ningún repentino atisbo del "yo" para probar mi naturaleza como conciencia. Estaba claro que todo el tiempo de mi vida y de mi búsqueda espiritual aparecía como un juego en la conciencia y entendí la confusión sobre todo este tema de la espiritualidad y como la "unión" y la iluminación se confunden con la conciencia.
Este reconocimiento de mi verdadera naturaleza no tenía que ver con ningún tipo de suceso. Estaba claro que un suceso de cualquier tipo de estos, se confunde fácilmente si ocurre teniendo conciencia; es la visión entre el "yo" y la historia del pensamiento.
Obviamente, lo que me ocurrió en el jardín no era significante, como tampoco lo es ningún otro suceso. El que ocurriera este, sólo hizo crecer mi confusión, permitió que viera claro cómo había estado yo esperando a poder tener una visión de lo que soy. Esta conciencia no depende de la ausencia o presencia del "yo"; si el "yo" aparece hay que verlo simplemente como lo que es.
Para acabar este capítulo, durante los años de la búsqueda espiritual me divorcié, me casé y me volví a divorciar. Mis hijas sólo tuvieron uno de los padres durante su período escolar. Me afinqué en un pequeño pueblo de Kent con la salud delicada, y hasta hace poco he trabajado de jardinero. La vida es agradablemente tranquila y simple.

Clarity de Nathan Gill

sábado, 8 de mayo de 2010

Clarity, Nathan Gill 1ª parte


CONCIENCIA

Si todo lo que hay es conciencia, si sólo hay conciencia, entonces ¿por qué o para qué sigues buscando? Si sólo hay conciencia entonces debes de ser Eso y cualquier otra cosa que aparece en ella, de la misma manera que la conciencia debe de ser Eso, incluso cualquier sentido separado de sí mismo.
Cualquier aparición de lo mundano, existencia ordinaria, no puede ser menos consciente que cualquier aparición del amor incondicional, el todo, éxtasis, quietud, silencio o alguna otra cosa. ¿Es realmente necesario que se "trascienda" cualquier cosa que encontrarlo o que soltarlo?

Clarity, Nathan Gill

sábado, 1 de mayo de 2010

El mundo de Mu


He aquí una carta que recibí desde el Japón de un amigo norteamericano que es abad de un templo Zen.

Querido Richard:

Algo interesante ha ocurrido. La noche pasada recibí la visita de un hombre al que conocía superficialmente y que llamó mi atención sobre un rollo de caligrafía que yo sostenía y donde había escrito el carácter “Mu” (vacuidad). El hombre me preguntó:
-Toler-san, ¿has entrado alguna vez en el mundo de Mu?
-Sí, muchas veces –le respodí.
-¿Cómo puedes hacer tal cosa? ¿En qué momentos puedes hacerlo? –volvió a preguntar el hombre.
-Oh, en todo momento –fue mi respuesta.
-¿Pero cómo? –insistió.
De manera que lo guíe a través de l ejercicio ideado por Douglas Harding “señalando hacia Ninguna Cosa” y, cuando llegamos a la pregunta:
-¿Qué ves en el lugar a donde señala el dedo?
-Nada –fue su respuesta.
-Bien, eso es Mu, ¿no es cierto? –le dije entonces.
Se detuvo a pensar durante unos segundos y después rompió en carcajadas y se puso a batir palmas diciendo:
-¡He estado especulando durante años y tú me lo has mostrado en un minuto!
Entonces me dio las gracias profusamente.
Mis más sinceros saludos,
John.

Richard Lang