domingo, 23 de enero de 2011
De un modo natural uno se vuelve más impersonal y a la vez es más uno mismo
Para la persona que está funcionando con una conciencia más amplia empiezan a funcionar en ella también otras leyes: las cosas le van saliendo con una fluidez, las cosas se producen, aparecen, se va encontrando una sincronía en la que todo te está diciendo algo; y realmente, vas entendiendo que todo te conduce. No es una interpretación mental, pero te vas dejando llevar de manera fácil, y fluida; que la conciencia te vaya llevando. Te vas dejando en manos de la vida, pero a la par que estás muy consciente, intenso, en cada momento entregado a la situación que la vida te pone.
Entonces vas descubriendo que no tiene ningún sentido forzar las cosas, que todo se produce, que hay un gozo en eso; la conciencia se va abriendo y se va produciendo una iluminación. Pero todo este aspecto maravilloso no se puede forzar: nosotros podemos llegar a vivir desde el fondo, desde ahí la conciencia y la vida nos irán abriendo, iremos descubriendo toda una conciencia que es una unidad y que es una vida, que es una. Primero dejamos la clave personal y luego dejaremos la clave individual y uno irá viviendo en una conciencia en la que uno ya no se tiene en cuenta de un modo personal e individual, sino que hay una impersonalidad: se ve en algunas personas maduras, que están viviendo más cara al conjunto, en vez de cara a lo personal. Pues de un modo natural uno se vuelve más impersonal y a la vez es más uno mismo, porque yo soy esa conciencia y estoy en ella porque la soy.
Antonio Jorge Larruy
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