Bob, cuando dices: “Mira y observa si hay un “yo”
o un “tú” con posibilidad de elegir, etcétera no estás diciendo que uno deba
examinarlo intelectualmente y decidir si es posible o no… ¿Estás diciendo: “Observa”?
Sí, VÉ.
De acuerdo ¿Cómo?
Tú estás viendo ahora mismo. (Pausa) ¿Qué cosa es la
que está viendo? (Pausa) ¿Hay alguna entidad viendo?
No parece haberla.
¿Puedes encontrar un punto desde el cual puedas decir: “Desde
aquí es desde donde estoy viendo”? O ¿Puedes decir: “Estoy viendo”? el ver es
traducido por la mente como: “Yo estoy viendo”. Pero ¿hay una entidad ahí, que
está viendo?
No. En este momento, el ver sucede, como sucede el oír o el
respirar. Cuando te digo que observes, es a esto con lo que me refiero con “observar”.
Es ver que no puedes atribuir este funcionamiento a una entidad que puede
decir: “Yo estoy viendo”.
El ver está sucediendo antes de que concibas ese
pensamiento: “Estoy viendo”.
Oír sucede antes de que tengas el pensamiento: “Oigo”. Antes
de que surjan la etiqueta o la traducción, el funcionar está ahí. Luego la
traducción de eso viene como los conceptos: “Veo” u “Oigo”. Comprueba que esto
es claramente lo que sucede y entonces podrás decir: “Yo veo” o “Yo oigo”, con
total impunidad. Antes de investigar esto, puedes decir “yo” (golpeándose el
pecho) pero al mirar y comprobar que no hay una entidad que esté viendo,
oyendo, respirando, haciendo latir el corazón, entiendes que todo eso está
sucediendo naturalmente. Tú no puedes hacer que comience el ver, el oír o
cualquiera de las otras funciones.
¿Estás observando esto? ¿Entendiéndolo?
Sí.
“Sailor” Bob Adamson
(Una sola esencia, ediciones Vía Directa)
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