miércoles, 29 de diciembre de 2010

El más despierto de todos


Hace poco conocí algunos seguidores de las enseñanzas de Antonio Blay quienes me contaron la siguiente anecdota:

Según me contaron, Blay estaba en un Bar en San Sebastián donde solía comer chocolate con churros y un día, pasando por allí, se lo encontraron desayunando.
Dicen que entraron a saludarle y, de repente, Blay les preguntó si sabían quien era el que estaba más despierto en ese momento de los que allí se encontraban y sus amigos no supieron responderle. Blay les señalo un niño gitano diciéndoles que aquella persona era la más despierta del local. Cuando miraron vieron como el gitanillo robaba la cartera a uno de los clientes que desayunaba tranquilamente en la barra del bar.

Luis Granados

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