Entrevista con
Rupert Spira
P. ¿Podrías dar una
breve biografía de tu vida hasta la edad de 16 años?
R. Provengo de una gran
familia entrañable. Mis padres eran amables y cariñosos y dieron todo lo que
pudieron, de muy distintas formas, a sus hijos. Mi infancia fue esencialmente
feliz y libre. Mis padres se separaron cuando yo tenía seis años y viví con mi
madre en Hampshire. Sin embargo, también veía mucho a mi padre. Mi madre es
excéntrica, artística y tiene un profundo interés en las cosas espirituales; y
mi padre es más mesurado y convencional. Aprendí mucho de ambos.
P. Has dicho que a los
16 años comenzaste a meditar. ¿Hubo algo específico —un acontecimiento tal vez—
que precipitó una cosa así?
R. A la edad de 15 años
estaba desencantado con la vida hacia la que mi formación científica me estaba
preparando. En la misma época vi una exposición de la obra de Michael Cardew,
que agitó mi imaginación más allá de todo lo que previamente había encontrado.
También comencé a leer a Rumi y Shankaracharya que despertaron en mí el sentido
de una nueva posibilidad completamente.
P. Dices que empezaste a
leer a Rumi, Gurdjieff, Ouspensky, Krishnamurti, Ramana Maharshi, Nisargadatta
Maharaj y Shankaracharya, entre otros.
R. De alguna manera,
tenía la profunda intuición de que lo que estaba leyendo era cierto. Sus
palabras resonaban profundamente dentro de mí y encendieron un intenso deseo de
saber por mí mismo de lo que estaban hablando.
P. Has dicho que querías
hacer una carrera de ciencias, pero que sentías que ese no era el camino
correcto a seguir. ¿Por qué era así? ¿Qué había en la ciencia que no te
gustaba?
R. No fue tanto un
rechazo de la ciencia sino una atracción por el arte. El arte parecía
comprometer todo mi ser, no sólo mi intelecto. Sentía que el arte me
proporcionaba los medios para explorar y expresar los reinos más profundos de
la experiencia de una manera que la ciencia no podía.
P. Fuiste a la escuela
de arte. ¿Hubo alguna disciplina en particular que te inspiró —alfarería y
cerámica probablemente— y por qué?
R. Primero vi la obra de
Michael Cardew y, más tarde, piezas de las primeras tradiciones cerámicas de
China, Corea, Japón y Persia. En esa momento mi respuesta fue instintiva e
inarticulada, sólo un inconfundible "Sí" desde el fondo de mi ser. Estos
objetos eran como condensaciones de la Inteligencia, el Amor y la Belleza. Me pasaba
horas en los museos mirándolos. A veces sentía que mi cuerpo se disolvía frente
de ellos. Era exactamente la misma experiencia que tuve muchos años más tarde
con mi maestro en satsang.
P. Usted pasó varios
años en la Sociedad
de Estudios, creada por el Dr. Francis Roles, bajo la guía de Su Santidad
Shantananda Saraswati, el Shankaracharya del Norte. ¿Qué filosofía/enseñanza
aprendió allí y de qué le sirvió?
R. Cuando llegué a La Sociedad de Estudios los
últimos remanentes de la enseñanza de Ouspensky estaban cediendo el paso en
favor del Advaita Vedanta de Shankaracharya, que se consideraba que había sido
la fuente de las enseñanzas de Ouspensky.
Me sumergí en la enseñanza
y también aprendí los Movimientos de Gurdjieff y el Giro de Mevleví (Derviches
giradores) — hermosas prácticas contemplativas de movimiento. Estas enseñanzas
fueron mi hogar — yo vivía en ellas y ellas vivían en mí.
P. Después de dejar la
escuela de arte, trabajaste como artista para ganarte la vida. Dices que creías
que la Belleza
estaba vinculada a la espiritualidad y que era una manera de poder traer ese
concepto a la vida. Me recuerda los versos de Keats:
"La
Belleza es verdad y la verdad Belleza"
Esto es todo lo que sabes en la tierra, y todo lo que necesitas saber.
¿Podrías extenderte
sobre esto?
R. Nuestra experiencia
aparentemente objetiva consiste en pensamientos, sensaciones y percepciones, es
decir, la mente, el cuerpo y el mundo. Cuando la Conciencia "toma
la forma" del pensar, parece ser un pensamiento. Cuando "toma la
forma" del sentir, parece ser un cuerpo y cuando "toma la forma"
del percibir, parece ser un objeto, otros o el mundo.
Cuando el pensar
termina, la parte aparentemente objetiva (el pensamiento) desaparece, pero su
sustancia, la Conciencia,
permanece. En ese momento sin tiempo (sin tiempo porque la mente no está
presente) la Conciencia
se conoce a sí misma tal como es, sin mediación de la aparente objetividad del
pensamiento. Esta experiencia se conoce como Comprensión.
Cuando el sentir
termina, la parte aparentemente objetiva (la sensación o cuerpo) desaparece,
pero su sustancia, la
Conciencia, permanece, conociéndose a sí misma como Amor o
Felicidad.
Y cuando el percibir
termina, el objeto, los otros o el mundo desaparecen, pero su sustancia, la Conciencia, permanece,
conociéndose a sí misma tal como es, una vez quitado el velo de la apariencia
de los objetos. Esta es la experiencia conocida como la Belleza.
En otras palabras, la Comprensión, el Amor, la Felicidad y la Belleza son todos nombres
diferentes para una misma experiencia, la presencia de la Conciencia, el
conocimiento de nuestro propio Ser.
Los senderos a través de
la Comprensión
y el Amor (los senderos del Jñana y el Bhakti) están bien documentados, pero el
sendero a través de la percepción se conoce menos. El sendero de la percepción
o la Vía de la Belleza es el camino del
artista. Es un sendero a través del cual se hace evidente, y el medio a través
del cual se expresa, que la sustancia de todas las percepciones está hecha de
Conciencia.
Aunque todos los objetos aparentes están hechos de Conciencia, no es, en
un nivel relativo, la función de todos los objetos
revelar esto. Por ejemplo, el propósito de un caldero es hervir agua, no
revelar la verdadera naturaleza de la experiencia. Sin embargo, hay una
categoría de objetos, que son hechos específicamente con la intención de
revelar la verdadera naturaleza de la experiencia y tal objeto es lo que
llamamos una obra de arte.
La función de una obra
de arte no es simplemente señalar algo, sino en realidad revelar la verdadera
naturaleza de la experiencia. Como decía Cezanne, "darnos una muestra de
la eternidad".
Al igual que las
palabras de la enseñanza, tales objetos vienen impregnados con su origen, el
silencio y el amor del que proceden y, como tales, son tremendamente poderosos.
Así, la Belleza
es la experiencia a través de la cual llegamos a conocer y sentir que todas las
cosas aparentes están hechas de eso que las conoce.
Keats tenía razón.
"La Belleza
es verdad y la verdad Belleza". La experiencia de la Verdad y la Belleza son una y la misma
experiencia.
"Esto es todo lo
que sabes en la tierra". La mente (que es la expresión de la Verdad) y el mundo (que es
la expresión de la Belleza)
son uno. Es decir, el "conocedor" aparente y lo aparentemente
"conocido" son uno. Ya sea que lo reconozcamos o no, esta es siempre
nuestra experiencia. Es, como dice Keats, "todo lo que sabes en la
tierra" — el conocimiento de nuestro propio Ser en y como todas las cosas
aparentes.
"Y todo lo que
necesitas saber". Sí, este conocimiento por sí solo, si se considera
profundamente y se hace propio y posteriormente se aplica a todas las
circunstancias, es todo lo que se necesita para llevar una vida sana, feliz y amorosa.
¡Keats era bastante más
económico con sus palabras que yo!
Los grandes artistas del
pasado, de quienes Keats era uno, fueron tal vez los vehículos a través de los
cuales este conocimiento fue comunicado con más fuerza en nuestra cultura, pero
no es su única procedencia.
Este conocimiento
experiencial de la verdadera naturaleza de la experiencia es de hecho conocido
por todos, pero a veces parece ser olvidado. Sin embargo, nunca está lejos de
la superficie, e incluso en la cultura popular —la música, la moda, etc.— vemos
este mismo anhelo por el Amor, la
Belleza y la
Felicidad, todos los cuales son simplemente variaciones de
nuestro anhelo de volver a la verdadera naturaleza de nuestro más íntimo ser.
Cuando este Amor,
Belleza y Felicidad son aparentemente velados por la aparición de la entidad
"yo", gritan aún más fuerte. A nuestro alrededor, en nuestra cultura
oímos estos "llantos de amor" buscando totalmente desesperados en el
lugar equivocado aquello que yace en su corazón.
P. En cuanto a mí, yo
asistí a la escuela hermana de la
Sociedad de Estudios, llamada Escuela de Ciencias Económicas,
donde también se exultaba a la
Belleza. Ya que estoy de acuerdo en que la Belleza es un medio por el
cual el corazón puede abrirse, me pregunto si hay exclusión de otras partes de
la vida que no son muy bellas. A nivel del día a día, el culto a la perfección
física es efectivamente una distorsión de las actitudes de las personas hacia
su propio cuerpo y al de otras personas y que causan un gran sufrimiento. Como
mujer, me siento siempre juzgada por mi apariencia física.
R. El culto a la
perfección física es un reflejo pálido y una interpretación errónea de nuestro
conocimiento innato de la
Belleza. Cuando nos olvidamos de la presencia de la Conciencia, la Belleza es relegada a la
condición de un objeto, de la misma manera que cuando la Conciencia está
aparentemente olvidada, el yo, el otro, el objeto y el mundo parecen ser la
realidad.
Si la Belleza se considera como
una propiedad de los objetos, entonces se considera también su opuesto, la
fealdad. Incluso en algunas expresiones del advaita contemporáneo esto es veces
mal entendido y, en estas expresiones de la enseñanza, la Belleza es relegada a una
experiencia objetiva que se considera sólo como una más "apariencia en la Conciencia".
Pero no lo es. La Belleza es otro nombre
para la Conciencia,
el conocimiento de nuestro propio Ser.
De igual modo, cuando
amamos a otro, es verdaderamente el Sí mismo en el "otro" lo que es
amado. Y es el Sí mismo el que ama. Es decir, el Sí mismo es el amante y el
amado. En otras palabras, es el Amor mismo, sin más. Eso es lo que el Amor es —
la ausencia del aparente otro. Todos conocemos esa experiencia de disolvernos
en el Amor. Todo lo que nos mantiene separados y aparte se disuelve y esa
disolución, incluso en el lenguaje común, se conoce como Amor.
Por supuesto, cuando la
mente regresa, se apropia de la experiencia no-objetiva e intemporal del Amor y
crea de ella al "amante" y al "amado" ¡y luego se pregunta
por qué la experiencia misma del Amor ha parecido desaparecer!
Por lo tanto, la Belleza y el Amor son una
y la misma experiencia. Es sólo en nuestra cultura donde esto ha sido pasado
por alto y han sido reducidos a objetos. El culto a la perfección física a la que
te refieres brota de este malentendido, aunque todavía hay una llama de
reconocimiento de la verdadera naturaleza de la Belleza y el Amor que arde
en su corazón.
Shakespeare lo sabía
bien: "Todas las cosas parecen, pero no pueden Ser. La belleza se jacta
pero no es Ella".
Todas las cosas parecen
tener una existencia propia, separada e independiente de la Conciencia, pero no es
así. La "Eseidad" de un objeto aparente pertenece únicamente a la Conciencia.
"La belleza se
jacta", es decir, la belleza (con una "b" pequeña) que parece
pertenecer al objeto "se jacta", pretende ser la cosa real, llama la
atención sobre el objeto, "pero no es Ella", es decir, no es Ella, el
verdadero Amor de nuestros corazones, la Belleza misma sin objeto.
P. Durante este periodo
de tu vida, dices que tenías un modelo de la verdad y también tenías una vida
que vivir (relaciones, tener una familia, ganarse la vida, etc.).
Efectivamente, había división entre ellos. ¿Puedes ampliar esto?
R. Mis modelos eran los
grandes sabios de otras épocas y culturas extranjeras, como Ramana Maharshi,
Nisargadatta y Rumi y por un momento confundí las expresiones culturales de su
comprensión de la verdad misma.
Consideraba que tenía
que alejarme del mundo para acceder a esta verdad. Esta actitud es venerada en
algunas de las enseñanzas tradicionales. Para muchos de nosotros, la creencia y
la sensación de que es el "yo", el cuerpo/mente que conoce el mundo,
es inicialmente reemplazada por la comprensión experiencial de que el
"yo" es la
Conciencia atestiguadora que es consciente del
cuerpo/mente/mundo.
Para ver esto con
claridad, puede ser necesario colocar temporalmente al cuerpo/mente/mundo a una
distancia aparente, por así decirlo, con el fin de establecer experimentalmente
que somos el testigo y no lo atestiguado. Para muchas personas, y yo era una,
esta posición del testigo es un paso importante para establecer la presencia y
la primacía de la
Conciencia.
Esta posición es
venerada en algunas tradiciones monásticas donde el mundo e incluso el cuerpo son
negados a fin de centrarse en la presencia de la Conciencia.
Sin embargo, en esta
posición, todavía hay una presunción sutil de dualidad entre el "yo"
percibidor de la Conciencia
y el objeto percibido, el otro o el mundo. Esta distinción a veces se disuelve
naturalmente con el tiempo o puede disolverse como consecuencia de una
posterior exploración de la experiencia. De cualquier modo, el resultado es la
completa saturación del cuerpo/mente/mundo con la Conciencia (de hecho,
siempre ha sido así, pero ahora se conoce y se siente que es así) en la que el
cuerpo, la mente y el mundo ya no se cree ni se siente que sean peligrosos o
amenazantes y pueden volver a ser plenamente aceptados.
P. ¿Por qué te fuiste de
la Sociedad
de Estudios? Mencionas que sentías que algo te faltaba.
R. Sí, todavía había una
distancia. Yo no podía hacer completamente mía la enseñanza, por así decirlo.
P. Y luego te
encontraste con Francis Lucille. ¿Cómo te ayudó?
R. Algo acerca de
nuestro encuentro dejó en claro que lo que yo soy está siempre presente y no
tiene límites ni ubicación. Como efecto secundario de este descubrimiento, el
"yo" que estaba buscando ayuda se encontró que era inexistente.
P. ¿Dirías que estás
auto-realizado o iluminado, a falta de una expresión mejor?
R. Tanto la respuesta
"Sí", como la respuesta "No", supondría la presencia de
alguien que puede o no estar iluminado. En ausencia de ese alguien, sólo la Luz que ilumina todas las
cosas aparentes permanece. En realidad, no "permanece" en el tiempo.
Hay la realización de que es la realidad siempre presente de toda la
experiencia. Es experiencia.
P. ¿Qué significa ser
auto-realizado o iluminado?
R. Estas palabras se
pueden utilizar con diferentes significados. Los significados que yo utilizo
son los siguientes:
Ser iluminado significa
conocerse a sí mismo como Conciencia y saber que esta Conciencia es
omnipresente y no tiene límites ni ubicación. Ser auto-realizado significa
pensar, sentir y actuar de acuerdo con esa comprensión experiencial.
La iluminación es instantánea
aunque puede no ser inmediata. La auto-realización requiere tiempo aparente e
implica la disolución gradual de los viejos hábitos de pensar, sentir, actuar y
relacionarse en nombre de una entidad separada y, como resultado, la
reestructuración de la mente, el cuerpo y el mundo con la comprensión
experiencial de nuestro yo, la
Conciencia, como el único testigo y sustancia de todas las
cosas aparentes.
P. ¿Por qué yo no estoy
auto-realizada/iluminada?
R. Debido a esa misma
pregunta. Con esa pregunta supones que eres una entidad distinta y separada de
la luz de la
Conciencia. Esta suposición se conoce como la
"persona" o la "entidad separada" y parece velar el Amor y la Felicidad que son
inherentes a la Conciencia
— el conocimiento de su propio Ser.
Este aparente velo de la Felicidad es sinónimo de
la búsqueda de la iluminación o de la sensación de no estar iluminado. Esa
búsqueda es lo que la entidad separada es, no lo que hace.
Una vez que nos hemos
imaginado a nosotros mismos siendo esa entidad, la búsqueda de la Felicidad en los objetos
de la mente, el cuerpo y el mundo es inevitable. Si creemos y sentimos que
somos esa entidad y creemos al mismo tiempo que no estamos buscando,
simplemente nos estamos engañando a nosotros mismos. Simplemente hemos enterrado
el sutil rechazo del ahora, que es otro nombre para la búsqueda, bajo una nueva
creencia en la no-dualidad.
Sin embargo, tarde o
temprano esta búsqueda termina, en la mayoría de los casos, como resultado del
sufrimiento y de la indagación. En este punto, es posible, por decirlo así, dar
la vuelta y cuestionar al mismísimo "alguien" que está en la búsqueda
sólo para descubrir que era totalmente inexistente. En su lugar, donde
esperamos encontrar al sujeto del "yo" separado, encontramos al
"yo" de la Conciencia.
Es inevitable que la
búsqueda hasta este punto parece haber sido llevada a cabo por la entidad
separada que creemos y sentimos que somos. Sin embargo, incluso si
provisionalmente acreditamos la entidad aparentemente separada con esta
actividad, no hace más que esto. De hecho, en realidad ni siquiera hace esto.
¿Qué puede hacer una entidad inexistente? Sin embargo, debemos tener cuidado
con la adquisición de la creencia de que "no hay nada que hacer"
mientras el sentimiento de separación esté todavía presente.
P. ¿Cómo se logra la
auto-realización/iluminación?
R. Para poder pensar que
la iluminación puede ser lograda, primero tenemos que creer que se ha perdido.
Una vez que se cree que la iluminación se ha perdido nosotros, por definición,
nos consideraremos una entidad separada en una búsqueda inevitable por la
felicidad. Esta búsqueda gira entorno a la entidad separada que creemos ser, y
que siente que es infeliz. Por lo tanto, en tal caso, lo mejor que podemos
hacer es volvernos hacia este yo infeliz que anhela la Felicidad. Cuando
nos volvemos hacia este "yo" que íntimamente sabemos que somos, no
encontramos una entidad separada. Encontramos Conciencia, Presencia. Y ¿qué es
eso que encuentra Conciencia? La
Conciencia es lo único presente "ahí", capaz de ser
consciente de la
Conciencia.
Simultáneamente con este
auto-reconocimiento viene el reconocimiento de que la Conciencia está, en
realidad, siempre sólo conociendo su propio Sí mismo y en este punto podemos
verdaderamente decir que nunca hay ignorancia.
Sin embargo, hasta que
este reconocimiento haya tenido lugar sería más honesto reconocer que nos
sentimos como una persona en una búsqueda inevitable de la Felicidad. Como
esta persona aparente nosotros nos volvemos, por así decirlo, hacia la fuente
de nuestro ser y, como una polilla que vuela hacia la llama nosotros, esta
entidad imaginaria, parecemos disolvernos en ella.
Sólo entonces nos damos
cuenta de que desde el principio nunca hubo una entidad. Entonces es claro que
no había nadie que se volviera hacia la fuente de su ser. Siempre había sólo
Presencia, aparentemente velada a sí misma con la creencia en la separación y
aparentemente desvelada con el reconocimiento de su verdadera naturaleza, pero
nunca, en realidad, ni por un momento sabiendo o siendo distinta de su propio
Sí mismo.
P. ¿Es necesario un
maestro?
R. En casi todos los
casos, sí. Para la mayoría de la gente, la identidad está tan estrecha y
exclusivamente asociada con un cuerpo y una mente, que es necesaria la ayuda de
un amigo que nos indique nuestra verdadera identidad como Conciencia
(Awareness).
Incluso para aquellos
aparentes individuos que despiertan espontáneamente a su verdadera naturaleza,
sin la ayuda de un amigo o un maestro, la Presencia de tal amigo después de este reconocimiento
no-objetivo de nuestra verdadera naturaleza, facilitará en gran medida la
reestructuración de la mente, el cuerpo y el mundo con esta nueva perspectiva.
P. ¿Cómo consideras a la
gente que acude a tus reuniones y qué pueden esperar obtener de ti?
R. Los veo como me veo a
mí mismo, es decir, como Conciencia. ¿Qué pueden esperar? Pueden esperar ser
vistos y tratados como Conciencia, no como una entidad separada. Esto puede o
no puede implicar conversación, pero eso no es realmente importante.
P. ¿Consideras que tu
enseñanza es la misma que el Advaita tradicional, el Neo Advaita, la Vía Directa u otra
cosa?
R. En todos estos
caminos o enseñanzas está presente el Amor y la Comprensión que es
inherente en el conocimiento de nuestro propio Ser. Cómo se expresa varía
enormemente de un caso a otro. Me identifico con el Amor y la Comprensión que se
encuentra en el corazón de todas las enseñanzas verdaderas, no con alguna forma
o expresión particular. Todo lo que oigo o veo que viene de este Amor y
Comprensión, independientemente de la forma en que se entrega, derrite mi
corazón una y otra vez.
P. ¿Cómo difundes la
enseñanza de lo que enseñas?
R. Si estoy teniendo una
reunión me siento en silencio y espero a que aparezcan los primeros
pensamientos, por lo general en forma de una breve reflexión sobre la
naturaleza de la experiencia. Si se hace una pregunta voy en mi imaginación al
corazón de la cuestión. Me convierto en la pregunta. Ofrezco esta pregunta a mi
experiencia y respondo a partir de ahí. Es lo mismo con las preguntas escritas.
Siento profundamente la pregunta y respondo desde la experiencia.
P. ¿Qué le dices a tus
estudiantes que hagan (prácticas, preparación mental, meditación, etc)?
R. No tengo una
prescripción, fórmula o práctica establecida. Sin embargo, en términos
generales, hay dos aspectos: en primer lugar, darnos cuenta de que lo que
somos, es la Conciencia,
es decir, darse cuenta de que el "Yo" es a la vez siempre-presente y
consciente, sin límites ni ubicación, y en segundo lugar que esta Conciencia no
es sólo el testigo, sino también al mismo tiempo, la sustancia de todas las
cosas aparentes.
La creencia y el
sentimiento de que somos algo más que Conciencia, es decir, una entidad
separada e independiente, parece ocultar este conocimiento de nuestro propio
Ser y, como resultado, oculta la
Paz, la
Felicidad y el Amor que residen ahí. En nuestras reuniones,
primero nos conocemos a nosotros mismos como la Conciencia impersonal,
siempre-presente y desde esta posición, proceder a investigar y explorar las
creencias y sentimientos que sugieren otra cosa.
P. ¿Estas prácticas les
conducirán a la auto-realización/iluminación?
R. Ninguna actividad (o
no actividad) de la mente traerá la iluminación. Lo mejor que la mente puede
hacer es explorar sus propios sistemas de creencias y llegar a la conclusión de
que no sabe nada acerca de la realidad, aunque, al mismo tiempo, es una
expresión de la misma. Cuando esto se ve claramente la mente, sin esfuerzo y
espontáneamente, llega a su fin y en ese momento nos encontramos abiertos,
disponibles, ignorantes y presentes.
En esta apertura no hay
espera ni expectativa porque la mente no está presente. Simplemente hay Ser o
Presencia. Y lo que sea que conoce esta Presencia es la Presencia misma. Ese es
el único "uno" presente "ahí" para conocerse a sí mismo. Es
decir, sólo hay Presencia conociendo su propio Ser. Se conoce a sí misma.
Cuando la mente regresa
se atribuye el mérito de este sabor no-objetivo de nuestro propio Ser y
comienza a idear todo tipo de métodos y prácticas para experimentar de nuevo la Felicidad y la Paz que se sintieron en su
ausencia.
Por lo tanto, a nivel
verbal la enseñanza se ocupa de estas creencias y sentimientos erróneos —
erróneos en el sentido de que giran en torno a una entidad ficticia. Se trata
de una investigación de la creencia de ser una entidad separada a nivel de la
mente y la exploración de ambos, el sentimiento "yo" a nivel del
cuerpo y el sentimiento "no yo" a nivel del mundo. Es decir, es una
exploración de la verdadera naturaleza de la realidad en todos los ámbitos de
la experiencia.
Sin embargo, esto no se
lleva a cabo con el fin de lograr un resultado, sino más bien simplemente para
ver claramente la naturaleza de la experiencia.
Si pensamos que somos
una persona, sentiremos inevitablemente que este silencio fue provocado por una
actividad de la mente. Sin embargo, más tarde se hace evidente que la mente no
hizo nada. La Presencia
proyecta la mente y la
Presencia retira la mente.
En principio, parece
como si la Presencia
sólo conociera su propio Ser cuando la mente no está presente. Más adelante se
hace evidente que la
Presencia siempre conoce sólo su propio Sí mismo.
P. ¿Qué piensas de la
práctica de la "auto-indagación" de Ramana?
R. El estado natural es
simplemente ser, sin resistirse a lo que es volviéndose hacia un yo interior o
tratando de reemplazar lo que es mediante la consecución de objetos en el
mundo. Sin embargo, si pensamos y sentimos que somos una entidad separada, la
resistencia y la búsqueda son inevitables. En otras palabras, vamos a estar
buscando la Felicidad
que creemos que falta, en lugar de simplemente ser.
Así que, después de
haber probado profundamente la inutilidad de la búsqueda de la Paz o la Felicidad en los objetos
del cuerpo, la mente y el mundo, lo mejor que podemos hacer por esta entidad
aparente es explorar la entidad que creemos ser, la persona que se encuentra en
la búsqueda. Esta indagación se resuelve permaneciendo en nuestro propio Ser.
Por lo tanto, la
auto-indagación es la más alta actividad que una mente que todavía está en la
búsqueda puede emprender. Sin embargo, la auto-indagación no termina con el
descubrimiento de que somos la
Conciencia impersonal siempre-presente. Continúa como una
actividad impersonal que facilita la reestructuración de la mente, el cuerpo y
el mundo con la comprensión experiencial de nosotros mismos como Conciencia
impersonal.
P. ¿Dirías que es
necesario un marco de tiempo para que la enseñanza madure (como en el Advaita
tradicional y la relación maestro-guru), o que algún tipo de comprensión puede
surgir en cualquier momento (como en el Neo Advaita y la fórmula satsang)?
R. ¡Las dos cosas! La
iluminación es siempre instantánea. De hecho, es atemporal, aunque puede o no
puede ser precedida por un período de investigación.
Después del
reconocimiento no-objetivo de nuestro propio Ser, tiene lugar un proceso en el
tiempo que re-orquesta, por así decirlo, la mente, el cuerpo y el mundo con
esta nueva comprensión experiencial.
Si ha habido un largo
período de investigación y exploración de estas cuestiones antes del
reconocimiento del Ser, el cuerpo y la mente pueden ya estar bien alineados con
esta comprensión experiencial de modo que cuando se produce este reconocimiento
no es necesaria mucha adaptación.
Sin embargo, si este reconocimiento
se produce de forma espontánea, con poca o ninguna preparación, la mente y el
cuerpo pueden estar completamente desorientados por este reconocimiento y
pueden, en consecuencia, requerir más tiempo para ser realineados con él.
Sin embargo, no hay
reglas o fórmulas. ¡Todo es posible!
P. ¿Cómo debe uno
dirigir su vida, si busca la iluminación?
R. De acuerdo a la
fuerza de su deseo por la iluminación. De hecho, todo el mundo está en busca de
la iluminación, que es simplemente la búsqueda de la Felicidad. La
mayoría de la gente busca la
Felicidad en el reino de los objetos, es decir, en el reino
de la mente, el cuerpo y el mundo.
Una vez que se ha hecho
evidente que la Felicidad
no reside en el reino de los objetos, todas las energías que antes se dirigían
fuera hacia ellos ahora son reunidas y vueltas hacia su fuente.
En cierto punto esto
llega a ser el deseo principal y una gran intensidad surge en el corazón. Qué
es lo que enciende este amor a la verdad, no lo sé. Es un verdadero regalo de la Presencia.
P. Entonces, ¿qué es la Consciencia
(Consciousness)?
R. La Consciencia es la
intimidad de nuestro propio Ser. Se la conoce como el "Yo", a pesar
de que este "Yo" es a veces confundido con un cuerpo o una mente.
También tiene muchos otros nombres, como por ejemplo, Paz, Felicidad, Amor y
Belleza. Es lo que está viendo estas palabras y experimentando lo que está
siendo experimentando en este y en todos los momentos.
Tras una investigación,
se descubre también que no sólo es el testigo de todas las cosas aparentes,
sino también su sustancia o naturaleza esencial. En este punto podemos
preguntarnos qué son entonces estas cosas aparentes, sólo para darnos cuenta de
que en primer lugar nunca estuvieron presentes, como tales.
Ahora nos queda la
comprensión de que la
Consciencia es todo. Pero, ¿qué es este "todo". No
hay un "todo". Sólo hay Consciencia y cuando esto está claro ya no
hay una necesidad de conceptualizarla, porque no hay otra cosa con la que
contrastarla o diferenciarla. Cualquier conceptualización en esta etapa sería
otra sutil objetivación.
Aquí nos quedamos
simplemente en silencio.
P. ¿Qué quieres decir
con la siguiente declaración: "La Consciencia se oculta de sí misma fingiendo ser
una entidad separada y limitada y luego se olvida de que está fingiendo".
Si la Consciencia
es todo lo que hay, y todo lo que hay es la Consciencia, ¿Cómo
puede algo que es omnipotente, omnisciente y omnipresente olvidarse de "sí
misma". Eso parece como una situación de doble-vínculo o contradictoria.
R. La Consciencia nunca se
olvida realmente. Nunca conoce otra cosa aparte de su propio Ser. Por esta
razón, la ignorancia, es decir, la ignorancia de la verdadera naturaleza de la
experiencia, se dice que es una ilusión. En realidad, nunca sucede, pero sólo
lo parece.
¿Para quién la Consciencia parece
estar ausente? Para la mente.
Es la mente la que se
alza (dentro de la
Consciencia y hecha de nada que no sea la Consciencia) y se
imagina que la Consciencia,
que impregna completamente toda experiencia, en realidad sólo impregna una
pequeña parte de la experiencia, es decir, un cuerpo.
En otras palabras, la
mente imagina que la
Consciencia está limitada y ubicada en el cuerpo y con esa
creencia, el "yo soy" que pertenece completamente sólo a la Consciencia, parece
convertirse en "yo soy el cuerpo".
Como resultado de esta
creencia de que la
Consciencia está limitada a un cuerpo, todo lo que no es ese
cuerpo se convierte en "no yo". "No yo" es simplemente otro
nombre para el mundo. En otras palabras, el mundo es el nombre que damos al
aparente olvido de la
Consciencia.
Por lo tanto, desde el
punto de vista de la
Consciencia, que es el único punto de vista verdadero, la Consciencia nunca está
confinada, limitada, oculta, olvidada o escondida. Sin embargo, desde el
imaginario punto de vista de la mente, la Consciencia parece
estar perdida y encontrada, velada y desvelada, confinada y liberada.
Sin embargo, ¡el punto
de vista de la mente es sólo un punto de vista válido desde su propio punto de
vista!
La afirmación de que "la Consciencia
se oculta de sí misma fingiendo ser una entidad separada y limitada y luego se
olvida de que está fingiendo" se dijo para transmitir
esta comprensión.
P. ¿Qué es la realidad?
R. La realidad es lo que
sea que es real en la experiencia. La realidad no puede desaparecer, porque
aquello en lo cual desaparecería tendría que ser más real que ella. Por
ejemplo, el oro es la realidad del anillo, porque (dentro de los límites de la
metáfora) el anillo puede cambiar su nombre y forma y convertirse, por ejemplo,
en un collar, pero el oro en sí mismo sigue siendo oro, sin cambios y
siempre-presente.
Del mismo modo, cuando
desaparece un objeto aparente, la sustancia de la que estaba hecho, permanece.
La verdadera sustancia de la experiencia, su realidad, no va ni viene. Es sin
causa (porque si hubiera sido causada por algo, ese "algo" tendría
que ser más real que ella) y no es conocida por nada distinto de sí misma.
Desde el punto de vista
de la mente, hay nombres y formas. Desde el punto de vista de la experiencia en
sí, sólo hay una realidad siempre presente y que a veces se la llama
Consciencia (Consciousness) o Conciencia (Awareness), ya que es consciente y
está presente. Sin embargo, es más íntimamente conocida como "Yo".
¿Y qué es lo que conoce
a la Consciencia
o "Yo"? ¡La
Consciencia o "Yo"!
En otras palabras, no
hay nada que no sea Consciencia o "Yo" siendo y conociéndose a sí
misma.
Y debido a que no existe
la posibilidad de carencia o enfermedad en este conocimiento de sí misma, es
también conocida como Felicidad. Debido a que no existe la posibilidad de
agitación dentro de sí misma, también es conocida como Paz. Y debido a que no
existe la posibilidad de otro en el conocimiento de su propio Ser, es también
conocida como Amor.
Por lo tanto la Paz, la Felicidad y el Amor, que
son simplemente nombres que damos al conocimiento del Ser, son la realidad de
toda experiencia.
Sólo hay Eso.
P.
Hablas a menudo sobre el hecho de que sólo hay experiencia. De hecho, el
subtítulo de tu libro es "Contemplando la naturaleza de la
experiencia". ¿Puedes profundizar
sobre esto?
R. Todo lo que conocemos
es experiencia. Todas las cosas que se puedan pensar, sentir o percibir entran
dentro de la experiencia. En otras palabras, todo lo que conocemos de la mente,
el cuerpo o el mundo, es a través de la experiencia.
La experiencia es la
marca de todo. El individuo aparente es también, como todo lo demás, sólo
conocido a través de la experiencia y, por lo tanto, su naturaleza esencial
debe ser idéntica a la naturaleza esencial de todo lo que se experimenta. ¿Cuál
es la naturaleza esencial de esa experiencia?
Si profundizamos en la
naturaleza esencial de la experiencia, es decir, de nosotros mismos y de todas
las cosas aparentes, encontramos sólo Consciencia. Es decir, la Consciencia se
encuentra a sí misma.
De hecho, la Consciencia es siempre
sólo conocimiento/ser/amor mismo. Es solamente desde el punto de vista de una
entidad imaginaria que la
Consciencia parece estar perdida y encontrada.
P. ¿Cómo hacemos frente
a nuestra experiencia y llegar a una comprensión de la realidad?
R. Hacemos frente a
nuestra experiencia explorándola. No tratamos de cambiarla o manipularla de
ninguna manera. Simplemente la miramos. ¿Qué hay realmente ahí?
En esta contemplación
desinteresada pero amorosa, todos los agregados que la mente dualista superpone
sobre nuestra experiencia esencial lentamente, en la mayoría de los casos,
desaparecen y la realidad de la experiencia brilla por sí misma.
Sin embargo, no es la
mente la que comprende la realidad. Es la realidad la que "está bajo"
la mente dándole su sostén. También impregna la mente, dándole su sustancia y
realidad aparente, permitiendo que sea lo que tiene que ser de momento a
momento.
P. ¿Cómo adquirimos el
conocimiento que nos permitirá apreciar la naturaleza de la realidad? ¿No es el
conocimiento mismo dualista? ¿Cómo se concilia esto?
R. El conocimiento (si
por conocimiento se quiere decir conocimiento de la mente) nunca puede conocer
la naturaleza de la realidad.
El conocimiento es de
las cosas, es decir, de los pensamientos, las sensaciones y las percepciones.
Si profundizamos en la naturaleza esencial de tal conocimiento, sólo
encontramos conocimiento. Y si profundizamos en la experiencia del
conocimiento, encontramos sólo Consciencia.
El "yo" que adquiriría
tal conocimiento o que apreciaría la naturaleza de la experiencia, se encuentra
que está hecho sólo de pensamiento.
Cuando el pensamiento
termina su sustancia permanece, al igual que la pantalla permanece cuando la
imagen se desvanece. Cuando el pensamiento reaparece se sabe que está hecho
sólo de Consciencia, al igual que se sabe que la imagen está hecha sólo de la
pantalla.
La imagen jamás puede
conocer la pantalla al igual que el pensamiento jamás puede conocer la Consciencia. Sin
embargo, el "elemento" de conocer o experimentar que impregna todo
pensamiento, es únicamente la Consciencia. No hay otra sustancia para pensar,
sentir o percibir que esa.
P. ¿Hay un Dios? Si es
así, ¿qué significa para ti?
R. No es que haya un
dios. Es más bien que Dios es la
Eseidad misma. Es la Eseidad de todas las cosas aparentes. Y cuando no
hay cosas aparentes aparentemente presentes, la Eseidad permanece como es,
puro Ser.
Para saber que existe el
Ser, el Ser debe ser conocido. Eso que sabe o tiene conocimiento del Ser es el
Ser mismo. No hay nada fuera de sí mismo que pudiera estar presente, o pudiera
ser, con lo cual el Ser pudiera ser conocido. Por lo tanto, el Ser se conoce a
sí mismo. Es el conocimiento de sí mismo.
Por lo tanto Conocer y
Ser son uno o, más exactamente, no dos. Es decir, (la) Consciencia y (el) Ser
no son dos. Decir que es uno, es decir demasiado.
Lo que permanece cuando
el aparente "dos" se disuelve es lo que se llama Dios. Sin embargo,
cuando la aparente multiplicidad y diversidad reaparecen, sigue siendo sólo
Dios el que conoce y es conocido.
No hay nada más que Dios
conociendo, siendo y amando a su propio Ser infinito y eterno.
P. ¿Existe el libre
albedrío?
R. La Consciencia es la
libertad misma. La entidad separada es inexistente. Por lo tanto no hay una
entidad presente que pudiera tener o no tener libre albedrío.
La experiencia es
demasiado íntima e inmediata para dejar lugar a alguien que pueda retroceder y
orquestarlo como un director, que quiere, elige, decide, etc. No hay tiempo
presente en el que alguien así exista.
La idea del libre
albedrío es un efecto secundario inevitable de la creencia en una entidad
separada. Si creemos que hay una entidad separada, nosotros por definición, lo
sepamos o no, creeremos que hay libre albedrío. Si, como esta entidad aparente,
entonces creemos que no hay libre albedrío, entonces eso es simplemente una
creencia que superponemos sobre nuestra convicción más profunda de que somos un
hacedor, elegidor, decididor, etc, separado.
Una vez que se ve
claramente que la entidad separada es inexistente, la idea del libre albedrío
se disuelve.
Todo lo que queda es la
libertad de la
Consciencia.
P. ¿Crees en la
reencarnación?
R. ¡Yo no creo en la
encarnación, y mucho menos en la reencarnación!
La encarnación es el
concepto de que la
Consciencia ha nacido y reside en un cuerpo. Nunca es una
experiencia. Creer en este concepto es ignorancia. La infelicidad es el
resultado.
P. En tu libro, citas a
Paul Cézanne: "Paul Cézanne dijo: 'Todo se desvanece, se desmorona, ¿no es
así? La naturaleza es siempre la misma, pero nada en ella nos parece que dure.
Nuestro arte debe representar la emoción de su permanencia, junto con sus
elementos, la apariencia de todos sus cambios. Nos debe dar una idea de su
Eternidad'." ¿Podría explicar lo que quiere decir en términos de cómo eso
se relaciona con el arte?
R. Cézanne está
sugiriendo que nuestro único conocimiento de la naturaleza es a través de las
percepciones sensoriales intermitentes. Las percepciones de los sentidos son
fugaces y en ese sentido la aparente solidez del mundo o la naturaleza se está,
de hecho, "desmoronando", "desvaneciéndose" de momento a
momento. El mundo es nuestra percepción del mundo y se desvanece tan pronto
como la percepción se desvanece. Es sólo un pensamiento que recopila una serie
de percepciones imaginarias y crea con ellas el mundo aparentemente sólido y
permanente, que existe en el tiempo y el espacio.
Sin embargo, Cézanne
también reconoce que hay algo en la naturaleza que es "siempre lo
mismo". Lo que sea ese "algo" no puede ser una percepción porque
toda percepción es única e intermitente. Así que él está apuntando al hecho de
que hay algo que es "siempre lo mismo" que fluye a través, por así
decirlo, de la experiencia de las percepciones intermitentes que llamamos la
naturaleza o el mundo.
Por otra parte, Cézanne
sugiere que este "algo", este elemento siempre-presente que fluye a
través de toda experiencia, no es sólo un trasfondo neutro, sino que es una
"emoción". Es decir, es feliz. Él sugiere que la realidad de la
naturaleza o del mundo es pura Alegría, Ananda, la Felicidad misma. Cezanne
era un no-dualista puro — ¡al menos cuando estaba pintando!
Así, Cezanne está
sugiriendo que el propósito del arte es tomar elementos de la naturaleza, sus
apariencias cambiantes (colores, en su caso) y crear una forma que directamente
apunte hacia aquello que es siempre-presente en nuestra experiencia.
De hecho, sugiere que se
trata de algo más que una indicación o un puntero. Él sugiere que el arte es
más íntimo que eso. Sugiere que debería darnos el sabor de la presencia eterna
o realidad de la experiencia, la eternidad de la naturaleza.
De este modo, él
reconoce el poder de un objeto, ya sea ese objeto una palabra, una pintura, una
pieza de música, lo que sea, que realmente viene del reconocimiento de la
verdadera naturaleza de la experiencia.
P. Hay otro aforismo que
me llamó la atención en tu libro: "Una vez que vemos que todo es
Consciencia — Maya todavía danza pero es una danza de amor no de
seducción". Entonces, ¿qué es, finalmente, el amor?
R. La apariencia de los objetos, el tiempo, el espacio, etc, continúa, pero
la ignorancia, es decir, la creencia de que hay algo más que la presencia de la Consciencia, cesa. En
ese momento, la aparente multiplicidad y diversidad del mundo, que una vez
parecía ocultar el conocimiento de nuestro propio Ser, ahora se da la vuelta,
por así decirlo, y en su lugar lo expresa o lo celebra.
Las apariencias ya no
nos seducen en la creencia de que la dualidad, la separación, los objetos y
demás son reales en sí mismos y por lo tanto se sabe que nunca nos pueden
amenazar ni ser una fuente de Felicidad.
El miedo psicológico y
el deseo de encontrar la
Felicidad y el Amor a través de objetos, actividades y
relaciones termina. Como resultado, el mundo ya no es hostil y "los
otros" ya no son una fuente de amor o de dolor. Ya no hay ninguna aversión
o manipulación hacia los objetos y personas y, como tal, podemos entregarnos
por completo, íntimamente, sin miedo, a toda experiencia.
Esta entrega sin
reservas de nuestro Ser a todas las cosas aparentes es lo que se conoce como
Amor.
Es a partir de esta
comprensión que William Blake dijo: "La eternidad está enamorada de las
producciones de la época".
El Amor es lo que queda
de la experiencia cuando todo sentido de separación, límite, dualidad,
alteridad, etc, se disuelve. En ese momento nos damos cuenta de que era lo
único que estaba presente desde el principio.
El Amor no es más que lo
que realmente es.
Rupert Spira